jueves, 19 de febrero de 2009

El Carnaval




Las verdaderas orígenes del Carnaval son
una incógnita. No hay como comprobar
científicamente dónde y cuándo nació
el Carnaval.
Los estudios estiman que los primeros
cultos que más tarde se denominarían
Carnaval fueron realizados años antes
de Cristo, en la agricultura, cuando los
campesinos se reunían en verano con
los rostros enmascarados y los cuerpos
totalmente pintados, alrededor de una
hoguera, para celebrar la fertilidad y
productividad del suelo, bien como
alejar los malos espíritus de la cosecha.
La primera concentración carnavalesca
se localiza en Egipto. La fiesta no era
nada más que danza, cánticos, y los
participantes usaban máscaras y
disfraces como símbolo de la inexistencia
de clases sociales. Después la tradición
llegó a Grecia. Allá por el siglo VI a. C.,
existía la costumbre de pasear un barco
con ruedas (carrus navalis) donde la
gente bailaba todo tipo de danza.
En Roma el carro era dedicado a la
diosa egipcia Isis, propagando el culto
a los celtas y germanos.
Las ceremonias tenían un punto en
común. Estaban asociadas a
fenómenos espirituales, astronómicos
y a ciclos naturales, y se manifestaban
a través de expresiones como la danza,
los cánticos, la sátira, las máscaras, y
el desorden. En una sociedad con tantas
diferencias sociales, las fiestas suplían
la necesidad de libertad para todos.
Ricos y pobres se mezclaban durante el
carnaval sin reconocerse.

Enseguida, el carnaval llega a Venecia,
y de ahí a todo el mundo. Y poco a poco
fue moldeando sus características,
dependiendo de las costumbres propias
de cada país. Pero, por lo general, el
carnaval se define a través de máscaras,
disfraces, carrozas, desfiles, bailes, etc.

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