martes, 17 de noviembre de 2009

Bajo el arbol de lilas


Ilustración: Pascal Campion

Hoy os dejo una poesía, cuando la leí por primera
vez me dejó un buén sabor de boca, me gusta,
tiene algo especial.


Teresa

El árbol de lilas


UNO

Él se sentó a esperar bajo la sombra de un árbol
florecido de lilas.

Pasó un señor rico y le preguntó: ¿Qué hace sentado
bajo este árbol, en vez de trabajar y hacer dinero?


Y el hombre le contestó:
Espero.

Pasó una mujer hermosa y le preguntó: ¿Qué hace
sentado bajo este árbol, en vez de conquistarme?


Y el hombre le contestó:
Espero.

Pasó un niño y le preguntó: ¿Qué hace Usted, señor,
sentado bajo este árbol, en vez de jugar?


Y el hombre le contestó:
Espero.

Pasó la madre y le preguntó: ¿Qué hace este hijo
mío, sentado bajo un árbol, en vez de ser feliz?


Y el hombre le contestó:
Espero.

DOS

Ella salió de su casa.
Cruzó la calle, atravesó la plaza y pasó junto al
árbol florecido de lilas.

Miró rápidamente al hombre.
Al árbol.
Pero no se detuvo.
Había salido a buscar, y tenía prisa.

El la vio pasar,
alejarse,
volverse pequeña,
desaparecer.
Y se quedó mirando el suelo nevado de lilas.

Ella fue por el mundo a buscar.
Por el mundo entero.

En el Este había un hombre con las manos de
seda. Ella preguntó:


¿Sos el que busco?
Lo siento, pero no,

dijo el hombre con las manos de seda.
Y se marchó.

En el Norte había un hombre con los ojos de
agua. Ella preguntó:


¿Sos el que busco?
No lo creo, me voy,

dijo el hombre con los ojos de agua.
Y se marchó.

En el Oeste había un hombre con los pies de
alas. Ella preguntó:


¿Sos el que busco?
Te esperaba hace tiempo, ahora no,

dijo el hombre con los pies de alas.
Y se marchó.

En el Sur había un hombre con la voz quebrada.
Ella preguntó:


¿Sos el que busco?
No, no soy yo,

dijo el hombre con la voz quebrada.
Y se marchó.

TRES


Ella siguió por el mundo buscando, por el mundo
entero.

Una tarde, subiendo una cuesta, encontró a una
gitana.

La gitana la miró y le dijo:

El que buscas espera, bajo un árbol, en una plaza.

Ella recordó al hombre con los ojos de agua, al que
tenía las manos de seda, al de los pies de alas y
al que tenía la voz quebrada.

Y después se acordó de una plaza, de un árbol
que tenía flores lilas, y del hombre que estaba
sentado a su sombra.


Entonces se volvió sobre sus pasos, bajó la cuesta,
y atravesó el mundo. El mundo entero.

Llegó a su pueblo, cruzó la plaza, caminó hasta el
árbol y le preguntó al hombre que estaba sentado
a su sombra:


¿ Qué hacés aquí, sentado bajo este árbol?

Y el hombre dijo con la voz quebrada:

Te espero.

Después él levantó la cabeza y ella vio que tenía
los ojos de agua,

la acarició y ella supo que tenía las manos de seda,
la llevó a volar y ella supo que tenía también
los pies de alas.



Autor: María Teresa Andruetto

5 comentarios:

  1. Precioso cuento Pluvis, yo he hecho dos lecturas

    Por una partela de pasamos la vida deambulando por el mundo, en la busqueda de una ilusión, cuando lo que necesitamos, lo tenemos justo al lado, delante de nuestras narices

    Y por otra, la espera del hombre bajo la sombra del árbol, paciente y esperanzada, aguardando que ella volviera cuando estuviese preparada
    Un beso

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  2. Contra: yo me quedo mas con tu primera reflexión, vamos lo veo mas asi.

    Besitos guapisima

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  3. Él es de los que espera que la vida pase por delante, sin hacer nada por conseguir su sueño. Puede ganar, pero se arriesga a perderlo todo.

    Ella fue en busca de sus sueños; tuvo la oportunidad de vivir diferentes situaciones, de comparar, de decidir. Y fué en busca de él ( Él no la encontró a ella, sino que fué ella la que decidió que era él)

    Me gusta más la actitud de ella.

    Otro punto de vista ¿no?

    Un apachurre.

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  4. Siempre he creido que las personas que acaban siendo felices son las que saben reconocer lo que quieren cuando lo tienen delante.

    Al principio de la historia se cruzan y no se reconocen...

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  5. Carmen:La poesia está abierta, cada uno tiene su propia lectura, asi que claro que hay otras opiniones, ¡¡¡faltaria mas mi niña!!!

    Un petonas

    .........

    Jorge: Pues si Jorge, todo tiene su momento en la vida

    Besos

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La riqueza está en la variedad de opiniones