lunes, 7 de marzo de 2011

Aceptar...

 Foto: Ru
El dolor no se cura con el tiempo, no, lo que ocurre es que cuando entra en nosotros, le cuesta instalarse, hace mucho ruido buscando el lugar en el que asentarse.

Cuando al fin lo encuentra se coloca a sus anchas e invade cada poro del lugar. Si le cerramos la puerta, se cuela por las rendijas o por el agujero de la cerradura...

El día que entró en mi creí que no podría resistir la presión, el corazón se me encogió al tamaño de un garbanzo y sentí que me atravesaban como con una aguja gorda de hacer punto, el estómago estaba lleno de una especie de pelota dura que no dejaba entrar ni un grano de café, me costaba un esfuerzo descomunal respirar, era como si me ahogaran con un hilo invisible, las lágrimas se deslizaban como pequeñas fuentes automáticas que no podiía controlar...

Mi mente me pedía que huyera a toda prisa de ese estado...lo lograba cuando conseguia dormir unas horas...

Pasaron los días, las semanas, los meses...el dolor se instaló, ya podía respirar, la pelota del estómago empequeñeció y el garbanzo aumentó de tamaño. En su lugar apareció una trsiteza profunda y un vacio  gigantesco llamado ausencia...

Entonces decidí no hacer frente por más tiempo al  dolor, le dejé a sus anchas, y no es que marchara ni se diluyera pero me dejó que, a ratos, creyera que había salido de vacaciones y pude reir y disfrutar pequeños momentos, saborear algún que otro bocadito de amor...

Si no le molesto, sigue regalándome pequeños espacios...

Teresa

16 comentarios:

  1. El dolor se instaló un día en mi corazón y ahí esta aferrado como una lapa, he aprendido a vivir con él, ya que por mucho esfuerzo que haga no consigo que se vaya, pero cuando esta dormido me permite un respiro y vuelvo a ser la de antes por un instante.
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que el dolor viene de serie con el ser humano y cuando encuentra las mejores condiciones emocionales internas brota desde nuestro interior.
    Mejor no abonarlo mucho.

    Abrazo y saludos afectuosos!

    ResponderEliminar
  3. Me ha gustado esa descripción que haces de cómo la tristeza se instala y se acomoda ahí adentro.
    Las ausencias son tan difíciles de digerir como los garbanzos duros.

    Coincido con Antonio: mejor no abonar mucho el dolor, puede llegar a convertirse en una adicción.

    Coincido contigo: mejor escribir lo que un@ siente.

    Un beset

    ResponderEliminar
  4. Mi querida Teresa: Es un escrito precioso aunque hable del dolor pero es así como lo cuentas. No le falta ni un punto ni una coma y...¿sabes? solamente una persona que ha sufrido hasta sus entrañas puede comprender el dolor de otra. El dolor al final pasa a esa caja hermética de donde solo sale cuando bajan nuestras defensas.

    Hoy no hay brisas y besos, hoy hay un beso enorme.

    Malena

    ResponderEliminar
  5. ¡Qué hermoso escrito! y qué cierto. Cuanta lucha por el dolor, siempre he pensado que es mejor dejarle entrar, y sentirlo y con las mismas saldrá. Poco a poco, pero sale.

    Si lo reprimimos y lo rehuimos, no hará más que hacerse notar ¿verdad?

    Abrazos

    ResponderEliminar
  6. Me encanta tu escrito.
    Solo quien lo ha sentido sabe describirlo de ese modo e identificarlo en tus palabras.

    Hay que dejarle su espacio y tratarle con naturalidad, pero no darle más protagonismo del que merece o nos impedirá seguir adelante.

    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  7. Contra:

    Asi es, si no le demuestras mucha oposicion te deja respirar...

    un abrazo de osa

    ResponderEliminar
  8. Antonio:

    Es mejor no abonarlo, pero tambien es positivo no plantarle cara, hay que dejarle, asi se va diluyendo...al menos no aprieta tanto.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. Ximo:

    Hay que sacar las cosas, escribiendo, hablando, como sea, creo que es una manera de quitarse alguna piedra e la mochila.

    Petonets

    ResponderEliminar
  10. Nacida en Africa:

    Cuanta razon tienes Malena, para empatizar de veras hay que haber traspasado el dolor.

    Gracias por tu arropamiento.

    Un abrazo calido

    ResponderEliminar
  11. Tita:

    Y tanto, es como u adolescente, cotra mas le reprimes mas se rebota...

    un abrazo grandote

    ResponderEliminar
  12. Carmen:

    Nada de protagonista, de extra y aun...

    Un abrazo guapina

    ResponderEliminar
  13. Me encantó, que increible estaba meditando en exactamente lo mismo.
    Cuando el dolor se instala a sus anchas es dificil que se vaya, pero hay dias en que lo logro, y creo que ya no está...tal vez se termine por ir definitivamente aunque sea de cansancio al menos eso espero.
    Cariños y saludines

    ResponderEliminar
  14. Caray, Teresa ni que te hubiera contado mi vida, yo no lo hubiera descrito mejor... convivo con ella... hace tanto tiempo, que como tu muy bien dices, hay momentos que me olvido de ella y sonrió. Me doy cuenta que nunca estaré sola, siempre con ella, una enfermedad crónica mas.

    Besos hadita

    ResponderEliminar
  15. Claudia AB:

    Si no se va, al menos que se mantenga silencioso...

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  16. Teresa:

    Pues si hada, siempre estaremos acompañadas...

    un abrazo

    ResponderEliminar

La riqueza está en la variedad de opiniones