viernes, 14 de mayo de 2010
Pequeños peces rojos
Pintura: Nykolai Alexander
Al llegar vi los pequeños peces rojos.
El goteo de un caño alimentaba el charco,
allí vivían entre las hojas caídas.
Los prácticos decidieron hace poco
eliminar el goteo. Las lluvias y los cuervos
acabaron con los peces.
Ahora un hueco marca el lugar.
Alrededor, un campo tras otro van cayendo
bajo el peso brutal del cemento y el asfalto.
Un triste presagio me acompaña al alejarme
de la cicatriz de aquella tierra traicionada.
Sé que sería vano lamentar
que ahí, plantación adentro,
en la parcela número setenta y ocho,
aguacate setenta y uno,
en la fila número cincuenta y nueve,
pudo algún día existir un charco mágico
con pequeños peces de colores.
Shlomo Avayou
Fuente: blog "me gusta la lluvia"
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Qué pocos son capaces de ver la magia que se esconde en algunos rincones. Y por eso acaban desapareciendo, bajo el aplastante peso de la aplastante realidad. Besos.
ResponderEliminarLa especulación... la brutalidad que se hace con esos rincones tan preciosos que teníamos, y que van desapareciendo día a día.
ResponderEliminarCreo que tu vives en un paraiso... que siga así.
Un abrazo amiga.
La urbe y los urbanitas arrasandolo todo. El progreso, la deshumanización.......
ResponderEliminar.....todas esas pequeñas cosas no tienen importancia, si se cruzan en el camino y la sed de poder y posesión del hombre.
Un besito triste en honor de los pocos que aún apreciamos estas cosas.
Isabel:
ResponderEliminarEs triste y sobre todo provoca impotencia...ya nunca vamos a saborear la magia de muchos de los rincones que conocimos de peqeuños y no tan pequeños...
Besinos
Emilio:
ResponderEliminarBueno, no me puedo quejar, pero ya van mermando algunos rincones...
Un abrazo mañico y buen fin
anjali:
ResponderEliminarPues si, poca gente aprecia las pequeñas cosas...es triste
Un abrazo
Teresa:
ResponderEliminarSi, pero entristece ver que se evaporan los magicos rincones...
Besinos
Camino por aquellos lugares que de niña fueron el escenario de mi imaginación y solo veo asfalto, cemento, alturas, humos, tráfico... ¿Dónde quedaron las flores silvestres que adornaban mis mesas de piedra, dónde mi lago de pececillos, dónde los columpios que colgaban de las ramas de los arboles...?
ResponderEliminarHoy los peces rojos nadan en la pecera de un pequeño apartamento en la planta 12 de un complejo de edificios.
Un abrazo
Carmen:
ResponderEliminar¡¡¡Que tiemps!!!
Lo del columpio lo echo mucho de menos porque me encanta columpiarme.
No hace mucho, fuimos a una masia y aún había uno de esos que cuelgan de los árboles y no puede evitar columpiarme un buen rato...
Un abrazo apretaillo