Enfrentarse al Maestro Interior que llevamos dentro es siempre difícil y duro. ...Nos dice lo que no queremos escuchar. Muy bueno, Pluvisca. Un abrazo.
Muy bien dicho, son esos momentos de lucidez, charlando con nosotr@s mims@s los más fecundos y, como dice Anna, de los más aprovechados. Lástima las prisas y los mil reclamos que nos hacen vagar tantas veces como almas en pena...
Ese tiempo nunca nos tendría que faltar...es un tiempo de los más aprovechados.
ResponderEliminarEnfrentarse al Maestro Interior que llevamos dentro es siempre difícil y duro.
ResponderEliminar...Nos dice lo que no queremos escuchar.
Muy bueno, Pluvisca.
Un abrazo.
A veces nos da miedo enfrentarnos a esa voz por si nos exige demasiado, Pluvisca.
ResponderEliminarBrisas y besos.
Malena
Muchas veces los humanos no nos interesa escuchar la propia conciencia,incluso creo que algunos ni la tienen.
ResponderEliminarAbrazos y saludos afectuosos!
No es mi caso, mis conversaciones son largas y profundas, quizás demasiado, pero aún no he dado con todas las claves.
ResponderEliminarAbrazos
Es lo que tiene tener orejas solo para fuera que no nos escuchamos...
ResponderEliminarAbrazote : )
Anna Jorba
ResponderEliminarY tanto que es de los mas aprovechados, pero los humanos somos especialistas en olvidar lo que nos ayuda...
Juglar
ResponderEliminarNos a miedo hacer intorspeccion, tenemos miedo de perdernos entre los monstruos interiores...
Un abrazo
Nacida en 'Africa
ResponderEliminarCreo que la exigencia viene m'as de la mente que de el sentir, sea como sea nos sabemos escabullir de lo que nos ayuda...
Besos
Antonio
ResponderEliminarMuy bueno, algunos ni la tienen...y si la tienen la deben tener bajo mil candados...
Un abrazo
Carmen
ResponderEliminarMe alegro, eso es que la madurez te ayuda a la introspeccion
Besos guapina
ShaO
ResponderEliminarMuy bueno lo tuyo, ciertamente no sabemos apenar escucharnos, oirnos y aun...
Besos
La meditación esta comenzado a descubrir el hombre occidental, esta clave budista de toda la vida. Encontrar la paz interior. Esa es la clave.
ResponderEliminarsaludos
Merl
mErL
ResponderEliminarSi, esa es la clave, pero nos cuesta tanto a los occidentles...
Un abrazo
Muy bien dicho, son esos momentos de lucidez, charlando con nosotr@s mims@s los más fecundos y, como dice Anna, de los más aprovechados. Lástima las prisas y los mil reclamos que nos hacen vagar tantas veces como almas en pena...
ResponderEliminarUn beset
Ximo
ResponderEliminarCreo que nos da miedo la instrospección, por eso huimos de hablarnos...
Petonillos