De pequeño, cuando me dolían los oídos, me acercaba a él (
se refiere al padre) y le pedía que me echara el humo de su cigarro en la
oreja. Entonces dejaba de hablar, me abrazaba y, casi rozándome la oreja con
los labios, me la llenaba de humo cálido. Era un remedio tan bueno como
cualquier otro, con la ventaja de la intimidad física.
Fragmento de Adiós hasta mañana
De William Maxwell
Acaso, lo que le aliviaba el dolor no era el humo, sino el abrazo.
ResponderEliminarMe encanta
Besos
Y tanto, el calor humano
EliminarBesos
mi padre sólo hacía aparecer caramelos o diez centimillos de nuestras orejas
ResponderEliminarQue bonito, seguro que creías que era magia...
Eliminar:)
El cariño de los padres con sus remedios caseros permanece en nuestras memorias.
ResponderEliminarEn este caso el efecto sanador era doble.
Bicos, Teresa.
Siempre nos gusta ser amados y cuando somos pequeños es casi una necesidad para seguir viviendo
EliminarBesos
a veces pequeños remedios, a pesar de lo que diga el refranero popular, pueden curan grandes males. imagen y texto parecen mellizos, hijos de una misma concepción. hermosos, ambos.
ResponderEliminarLa sugestión y el cariño hacen milagros
Eliminar:)
Esa proximidad es un sanalotodo. Incluso se puede sentir dolor sin tenerlo. Un abrazo
ResponderEliminarEl calor y el cariño nos alimentan
EliminarBesos
Esa intimidad es la sanadora, la caricia, el acercamiento, el calor, el mejor consuelo para el dolor.
ResponderEliminarEl olor al tabaco es pernicioso para mi, mi padre murió con un cigarrillo entre sus manos, demasiado joven. Yo solo tenía siete años, pero me hizo feliz subida en una banqueta enseñándome como se bailaba, colgada de sus brazos.
Preciosa ilustración.
Un fuerte abrazo
Todos recordamos alguna cosa que nos acercaba a nuestros padres. Yo recuerdo a mi madre haciendo un baile clásico con sus dos dedos que me fascinaba
EliminarUn abrazo
Momentos íntimos y necesarios para crecer. Es un cita muy tierna.
ResponderEliminarun abrazo
Si, son muy necesarios para sentir que estamos protegidos
EliminarBesos
O el roce de su barba por el cachete :-)
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Teresa!
jajajajajaj si, o eso :)
EliminarUn abrazo
te sigo leyendo además en G+
ResponderEliminarEstupendo!!!
Eliminar:)
Que lindo!
ResponderEliminarRecuerdo ése gesto de parte de mi abuelo, fumaba en pipa.
Gracias Tere.
abrazos.
Esos gestos que recordamos son tan dulces...
EliminarUn abrazo
Hola Teresa: Feia molts dies que no et visitava, No ha estat per res en especial, Sezillament, s'agafen rutines, comences a voler atrapar-ho tot, i ja l'has fomuda. Nomee he obblidat mai del teus cuadres, ni dels comentaris amb que els adornes. Sempre encertats.
ResponderEliminarreferent a la entrada d'avui, es ben cert que qualsevol caricia que rebis d'un pare o d'una mamre cariyosa,, pot més que tots els remeis farmacéutics.
Una abraçada molt y molt grossa.
Hola Montserrat, me alegra leerte por aquí. Tienes razón que ahora con las redes sociales todo se acelera...pero te visito a pesar de que este año no entro tanto
EliminarUna pequeña caricia nos alimenta cuando somos pequeños
Una abraçada
Y me pregunto porqué esos recuerdos permanecen?Precisamente por la parte afectiva y tierna que uno lleva consigo desde una infancia de caricias,aunque fueran de humo de cigarrillo.Mi hija se acuerda del olor de mis manos( cuando ella no dormia )en su carita .DIgo yo que le olerian tambien a tabaco,pero ella me lo cuenta como algo precioso,que no olvida.
ResponderEliminarMuy buena la reflexión de hoya,miguca
Besucos
Gó
Es cierto, recordamos cosas que para nosotros fueron algo que nos hacía sentir bien y seguros
EliminarUn abrazo
Bello modo de atraer el calor del cariño... Precioso texto e imagen, amiga
ResponderEliminarUn abrazo
Si, para los niños es como magia
EliminarBesos
El mejor remedio, esa intimidad física, luego cuando los años pasan, se extraña tanto.
ResponderEliminarBesos.