jueves, 30 de julio de 2009

Dar y recibir


Imagen: creativ


La vida misma es una oportunidad; la
oportunidad más verdadera. Sólo tenemos
una. El aliento que entra en nosotros es
la definición de oportunidad. Algunas
veces necesitamos que nos lo recuerden
para mantener claro nuestro objetivo,
para recordar qué es real.


En esta enorme selva no es necesario
talar los árboles ni aprender a caminar
por bosques y montañas. Haz lo que
tengas que hacer. Cruza cualquier
montaña que tengas que cruzar.
Rodea todos los árboles que tengas
que rodear. Sigue tu camino sorteando
ríos, cruzando barrancos. Construye
tus puentes. Haz todo lo que debas
hacer, pero recuerda algo: recuerda
tu rumbo. Si lo pierdes, caminarás
en un gran círculo.


Muchas veces eso es lo que hacemos.
No tenemos una brújula incorporada.
En cuanto perdemos el rumbo,
terminamos haciendo un círculo
gigante y al final nos encontramos
en el mismo punto en que comenzamos.
A algunas personas les ocurre una y
otra vez. Lo primero que tienes que
aprender de eso es que has perdido
el rumbo. Has olvidado tu prioridad
en la vida: sentirte pleno.


El aliento te trae una y otra vez un
mensaje muy dulce: “Mantén claras
tus prioridades y siente la plenitud
en esta vida. Eso es lo que puedes
lograr, lo que deberías hacer”.
Pero ahí fuera hay un mundo entero
ladrándote: “¡Ah, pero eso no es todo!
Deberías hacer esto y aquello.
Ganar más dinero. Mejorar en esto
y en lo otro”.


¿Qué mensaje hay que te recuerde lo
que significa cada aliento? Piensa
en el Titanic cuando se hundió.
Mientras el casco estaba bien todo
era maravilloso: las mesas tan bien
puestas, la música, la comida exquisita…
Pero cuando el casco no aguantó, y
las mesas y los pianos comenzaron
a moverse, la historia cambió.
Cuando se empezaron a caer las
lujosas lámparas nadie dijo:
“¡Qué bonita lámpara esa que se cae!
” Todas aquellas cosas se habían
convertido en un inconveniente.
Puede ocurrir en un instante.


Cuando está claro lo que es prioritario
en la vida, todas esas cosas tan
bonitas son nuestro capital. Cuando
peligra lo fundamental, se nos
vuelven en contra. ¿Qué es lo que
quieres en tu vida?


Sólo debemos recordar que la vida
es un viaje muy hermoso. Tenemos
que aprender el arte de dar y recibir.
Si sabes recibir amor pero no darlo,
no puedes amar. Si sabes dar amor
pero no recibirlo, tampoco puedes
amar. Tienes que saber ambas cosas.
Entonces sabrás lo que es el amor.


Si sabes recibir el aliento pero no
sabes dar las gracias, nunca
comprenderás su valor. Cada aliento
merece gratitud. Es un sentimiento.
“¡Sí, ha sucedido!” Cuando puedas
sentir esa gratitud, empezarás
verdaderamente a recibir en tu vida.


Lo más hermoso de todo esto es que
ocurre cada día. Recibir y dar.
Da tu gratitud y recibe el regalo
supremo de la existencia. Aprende
a recibir, aprende a dar, aprende a
comprender. Entonces el ciclo fluye.


Prem Rawat

2 comentarios:

  1. "Tenemos
    que aprender el arte de dar y recibir.
    Si sabes recibir amor pero no darlo,
    no puedes amar. Si sabes dar amor
    pero no recibirlo, tampoco puedes
    amar. Tienes que saber ambas cosas.
    Entonces sabrás lo que es el amor."


    Todo el texto está lleno de sugerencias para vivir de manera plena, pero esa parte es de lo mejorcito.

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  2. Fermin

    Amar es una palabra que pocos saben valorar su significado, y estas en lo cierto, hay que aprender a amar como dice Erick Fromm

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