sábado, 1 de agosto de 2009

Jardineros de nuestro espíritu


Magda Berny

La mente es como un jardín que puede ser inteligentemente
cultivado o abandonarse y llenarse de hierbas y maleza.

Sin embargo, ya sea que esté cultivado o descuidado,
siempre está destinado a producir algo. Si no se siembran
semillas útiles, entonces caerán, crecerán y se reproducirán
en abundancia semillas de maleza.

Al igual que un jardinero cultiva su parcela manteniéndola
libre de maleza, sembrando las flores y frutos que desea,
así también todos debemos atender el jardín de nuestra
mente, limpiándolo de pensamientos dañinos, inútiles e
impuros, y cultivando los frutos de pensamientos correctos,
útiles y puros.

Siguiendo este proceso, tarde o temprano descubrimos que
somos los jardineros de nuestro espíritu, reconocemos las
faltas en nuestra manera de pensar, captamos cada vez
con mayor precisión, cómo nuestros pensamientos se
encargan de moldear nuestro carácter, nuestras circunstancias
y nuestro destino.


El pensamiento y el carácter son uno solo, ya que este último
es la sumatoria de nuestros pensamientos dominantes.
Puesto que el carácter de una persona se revela y manifiesta
en sus circunstancias, es posible afirmar que el entorno de
cada uno siempre estará en armonía con su estado interior.
Esto no significa que las circunstancias de una persona en
un momento dado sean un indicador de la totalidad de su
carácter, sino que algunas de ellas están íntimamente
conectadas con algún elemento vital de su pensamiento,
el cual ha sido el causante de dichas circunstancias.

Cada persona está donde está por decisión propia.

Los pensamientos que han moldeado su carácter la han
llevado allí. Esto es válido tanto para aquellos que se
sienten decepcionados con el mundo que los rodea como
para quienes están satisfechos con él.

En el proceso del desarrollo humano, cada circunstancia
que enfrentamos trae consigo una enseñanza y una lección
que debemos aprender; una vez que la hemos aprendido,
ésta termina y da lugar a otras circunstancias.

James Allen nos recuerda lo siguiente:
"La persona que piensa que su vida es el resultado de
condiciones externas, suele ser víctima de ellas. No obstante,
cuando crea conciencia del poder creativo que reside dentro
de ella, y entiende que es allí donde se encuentran tanto
las semillas, como la tierra que da fruto a tales circunstancias,
sólo entonces se convierte en la dueña y señora de sus pensamientos.

Camilo Cruz


(del blog "un passeig per la vida")

1 comentario:

  1. Molt bona aquesta reflexió. Del cert és que diria que un 90% si no més del que ens succeeix és un mirall dels nostres pensaments, del nostre ser interior.

    Si ens sentim decepcionats, ens seguiran decepcionant.

    Si ens sentim alegres, rebrem alegria.

    Demaneu, i se us concedirà, deia Crist...i així és l'univers.

    Som responsables de molt del que ens succeeix...perquè de fet, nosaltres som els creadors del nostre Univers.

    Petonets.

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